Ley 21.770: cambios reales en la tramitación de permisos de agua
- AGROIN CHILE

- 1 oct
- 3 Min. de lectura

De la burocracia eterna a la modernización
Durante años, quienes necesitaban gestionar derechos de aprovechamiento de aguas se enfrentaban a un laberinto administrativo: trámites en Gobernaciones Provinciales cuando no había oficina de la DGA, expedientes que se extraviaban, plazos que nadie cumplía y procesos que podían demorar años. En plena sequía, esa ineficiencia costaba caro.
Con la publicación de la Ley 21.770 en septiembre de 2025, Chile da un paso importante para ordenar y agilizar un sistema que era símbolo de la llamada “permisología”. Esta normativa modifica más de 40 cuerpos legales y redefine cómo se tramitan más de 380 permisos en el país, con un impacto directo en el mundo del agua y la agricultura.
Cambios concretos que introduce la Ley 21.770
1. Ventanilla única digital (SUPER)
Todos los trámites sectoriales —incluyendo los de agua— deberán gestionarse en la plataforma electrónica SUPER. Esto implica:
Adiós a las carpetas físicas en Gobernaciones y oficinas desconectadas.
Un sistema trazable donde cada solicitud se puede seguir en línea.
Un canal único que centraliza la interacción con la DGA y otros servicios.
👉 Leer más en: Nueva ley marco para autorizaciones en materia de aguas
2. Plazos obligatorios y silencio administrativo positivo
La DGA y demás servicios tendrán plazos perentorios para resolver.
Si no hay respuesta en ciertos casos, la autorización se entiende concedida.
Jefes de servicio arriesgan sanciones si incumplen plazos sin justificación.
3. Tramitación en paralelo
Antes: permisos secuenciales que demoraban meses o años.
Ahora: trámites que pueden solicitarse en simultáneo, reduciendo tiempos de espera.
Esto beneficia a proyectos agrícolas con plazos estacionales críticos, como siembras o tecnificación de riego.
4. Declaraciones juradas para obras de bajo riesgo
En obras menores, como tranques fuera de cauce de hasta 150.000 m³ y 7 m de altura:
Basta una declaración jurada antes de iniciar las obras.
La fiscalización será posterior y las sanciones por incumplimiento severas.
Agricultores y empresas ya no deben esperar largos procesos previos.
5. Simplificación de requisitos
Publicaciones: de tres avisos radiales, se pasa a uno.
Admisibilidad: baja de 30 a 20 días hábiles en la DGA.
Eliminación de documentos duplicados que ya obran en expedientes oficiales.
6. Coordinación interinstitucional
Servicios como DGA, CNR, SAG y municipalidades deberán interoperar en línea.
Se evita la repetición de información y se facilita el control cruzado de datos.
Lo que esto significa en la práctica
La modernización en la tramitación de permisos de agua trae implicancias directas:
Menos trámites presenciales, todo gestionado digitalmente.
Mayor certeza jurídica, con plazos definidos por ley.
Más agilidad en obras hídricas menores, fundamentales para enfrentar la sequía.
Responsabilidad reforzada: lo declarado debe cumplirse, y el fraude será castigado con fuerza.
Una ley que marca un antes y un después
La Ley 21.770 no es solo un cambio técnico: es un giro cultural en cómo Chile gestiona sus permisos. Donde antes había papeles perdidos y demoras indefinidas, ahora se establece un sistema digital con trazabilidad, plazos claros y mayor transparencia.
Para agricultores, canalistas e inversionistas, esto significa la posibilidad de planificar con certeza proyectos de riego, embalses y regularización de derechos de agua. Para el Estado, el desafío será implementar la plataforma SUPER y asegurar que la fiscalización ex post funcione con eficacia.





Comentarios